miércoles, 12 de mayo de 2010

Pide al tiempo que vuelva

¿Se acuerdan de la peli? Se cansaron de darla por cable. La obra se llamaba en realidad "Somewhere in time", era de un tal Jeannot Swarc y se trataba de un tipo (Christopher Reeves, paz descanse el difunto Superman) al que se le aparecía una vieja que le decía "Volvé". Este, curioso como era, averiguó y llegó a que la veterana, de pendex era la diosa de la Jane Seymour (qué habrá sido de la chica esta?? después de la Dra. Queen como que no se la volvió a ver), y él se vestía con un traje de época, se metía a un cuarto y pegaba un viaje sin fármacos a lo Graña que lo hacía aparecer por el 1900. Me enteré por ahí que la peli fue un fracaso a nivel críticas (y si, no daba ni para el festival de Tulumba), pero en la tele se convitió en film de culto (debe ser de tanta repetición) y hasta se generó un club de fans que se junta todos los años en el hotel donde se hizo. Da para todo esto. Lo mejor que tenía era la musica, una rapsodia de Rachmaninoff sobre un tema de Paganini que hacía emocionar al más duro.
Bue, el domingo hice la gran Reeves, no me tome nada y apunté proa al fondo de la Núñez, recalando en Pirola. Ahí seguro que se largaron un "¡Pirola!" los que tienen más de 30. Y si, porque no iba desde chiquito. Era, junto al Rancho Grande, Bettini y La puerta del Sol, uno de LOS restaurantes de Córdoba. No había muchos ahora que me doy cuenta, no?
Yo la verdad, no me acordaba del local en sí. Lo que sí noto es que se ha expandido en un aquelarre arquitectónico que recuerda también la casa de los Trueba descripta por Isabel Allende en "La casa de los espíritus". Han ido agrandando a medida que los comensales aumentaban, quedando la galería creo como una reliquia del pasado. Grande el local.
Se dan abasto para alimentar el centenar de bocas presentes (y afuera había gente a montones esperando) y para atender bien
La deco la suprimimos. No hay directamente. Demasiado con las ampliaciones.
Las mesas vienen protegidas por un plástico sobre el mantel a cuadritos que permite mantenerlo durante más de un turno. Total se cambia el blanco que ponen encima.
La carta es clásica a rabiar. Nada de nombres exóticos ni platos rimbombantes. Es lo que hay y pida que no lo vamos a defraudar (oops, se me escapo, fue sin querer)
Lo mejor? Las pastas, sin lugar a dudas.
Para esperar, desde el quesito roquefort con manteca para huntar hasta lengua a la vinagreta o matambre, pasando por las tablas de fiambres y quesos.
Hay carnes, pescados y pollos, a las clásicas usansas: champignon, vino blanco, horno, maryland, etc., etc., etc. Yo me fui para el lado de lo complicado y me jugué por un pollito al vino grisset, que venía a ser una demi glasse con arvejas y papas noisette. Rica la salsita, muy bien hecho el pollo.
Los postres más clásicos aún, flan (tenía un dejo a hierbas, no se porqué), tiramisú, helados y varias cosas en almíbar.
La carta de vinos justa, nada que sorprenda, los precios, muy acomodados.
Para volver sin miedo y sin muchas expectativas. Es el lugar tradicional, clásico, donde sabés que vas a comer bien y nada más que eso, sin gastar mucha plata y si, a aturdirte un poco con el griterío de niños y la charla de los demás comensales (detalle pasado por alto al expandir el inmueble)
Faltaba de fondo la musiquita de Rachmaninoff, pero con tanto ruido, quien podría apreciarla???

Av. Rafael Núñez 6433 // Argüello
TE.: 03543 420221

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